El Niño vuelve a casa antes de Navidad
Actualizado: 22 sept 2023
Muchos pueden pensar que cuando hablamos de El Niño estamos hablando del sorteo de la lotería de Navidad, pero se trata de un fenómeno natural que ha vuelto tras años de ausencia.
La naturaleza nunca deja de sorprendernos, en especial cuando se dan fenómenos naturales que nunca habíamos visto antes o de los que hacía tiempo que no oíamos hablar, como es el caso de El Niño.
El Niño es un fenómeno climático que se produce por el calentamiento del Océano Pacífico, y suele producirse cada 3 o 7 años. Esta gran masa de agua caliente hace que los vientos se debiliten o cambien de dirección, liberando calor en la atmósfera y cambiando las condiciones climatológicas en todo el mundo. Hay áreas en las que aumentan las precipitaciones hasta llegar a provocar inundaciones, mientras que en otras disminuyen y provoca sequías alarmantes, y con las temperaturas pasa igual.
Normalmente, los vientos alisios soplan desde el este y empujan las aguas cálidas hacia el oeste del Pacífico. Sin embargo, cuando se sufre un episodio de El Niño, los patrones climáticos de todo el mundo cambian, haciendo que las aguas cálidas del oeste lleguen a desplazarse hasta el este.
Durante los últimos años El Niño había estado ausente, pero recientemente se ha hecho noticia después de que los indicios de un nuevo episodio surgieran en el Pacífico tropical. Es por eso que los expertos en materia están monitoreando de cerca estos cambios, al igual que su impacto en el clima del planeta.
Las peores consecuencias de este fenómeno fueron registradas entre 1997 y 1998, cuando miles de personas murieron en todo el mundo a causa de los daños que provocó; estamos hablando de sequías en Australia, incendios forestales en Indonesia, inundaciones en Estados Unidos, tormentas tropicales extremas en el Pacífico oriental, etc.
Es por eso que, el problema al que nos enfrentamos actualmente es que cada año superamos un nuevo récord de temperaturas a causa del cambio climático, y esto puede significar que los efectos de El Niño incrementen y sean más dañinos que nunca.
Si bien los efectos pueden variar, en general se observan patrones climáticos anormales que incluyen tormentas intensas, alteraciones en los patrones de lluvia, sequías prolongadas e inundaciones repentinas, entre otros… Estas condiciones climáticas extremas pueden tener un año devastador tanto en la agricultura como en la seguridad alimentaria, la economía y la vida de las personas que viven en las áreas afectadas por El Niño.
¿Y entonces, qué es La Niña? Podría decirse que es el fenómeno opuesto a El Niño, ya que se caracteriza principalmente por aguas más frías de lo normal en el Pacífico centra y oriental. Sin embargo, las consecuencias y los daños son los mismos. Si bien ambos fenómenos son diferentes, están conectados en lo que se conoce como el ciclo El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), un patrón climático que consiste en la oscilación en los parámetros meteorológicos del Pacífico ecuatorial cada 3 y 7 años (5 de promedio).
No hay duda que El Niño es un recordatorio de cómo los sucesos naturales nos pueden afectar directamente nuestra vida cotidiana. Con su vuelta, es crucial que sigamos monitoreando y estudiando este fenómeno para poder comprender mejor sus patrones y cómo prepararnos adecuadamente para sus consecuencias.
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