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El turismo espacial: entre el avance tecnológico y la aceleración del cambio climático

Actualizado: 20 sept 2021

Jeff Bezos, CEO de Amazon, decidió emprender su propia carrera espacial, junto a otras tres personas despegando en la nave espacial New Shepard de Blue Origin, logrando alcanzar el espacio en un viaje que duró apenas 11 minutos.


Mientras Bezos describe la experiencia como “el mejor día de su vida”, el resto de la población se pregunta ¿a qué costo se obtuvo?


Bezos durante su intervención en el Tercer Simposio Espacial en Colorado Springs, Colorado, en 2017.
Via New York Times

Que otros proyectos se han llevado a cabo


Bezos no ha sido el único interesado en adquirir experiencias espaciales. El multimillonario y dueño de Virgin Group, Richard Branson, afirmó que este viaje era el inicio de la exploración del turismo espacial. Posteriormente, se espera que se puedan vender tickets corrientes para que más personas lleguen al espacio.


Ayer 15 de Septiembre de 2021, despegó un cohete de Space X (Elon Musk), el cual se ha convertido el primer viaje espacial sin astronautas a bordo. Se trata de la primera misión espacial compuesta completamente por civiles, la cual despegó este miércoles con éxito desde Cabo Cañaveral para orbitar la Tierra durante tres días.





Las consecuencias de un turismo espacial para la Tierra


Aunque del lado de los multimillonarios, el turismo espacial se ve como una oportunidad de negocios, y un avance tecnológico, para la Tierra las consecuencias son muy graves.


¿Cuál es la huella ecológica del turismo espacial? Se estima que, con la puesta en marcha de una nave espacial, se expulsa al aire propelentes de oxígeno líquido e hidrogeno líquido, los cuales se convierten en gases de efecto invernadero, en el momento de su quema. Luego de un exitoso despegue, estos químicos quedan flotando en la atmósfera. Pero a medida que el cohete se impulsa, otras capas van viendo afectada su normalidad, así que, la estratósfera y mesósfera, reciben todo el combustible quemado y convertido en gas.


El turismo espacial parece no estar considerando el impacto negativo que está generando en la capa de ozono, protectora de la tierra frente a los rayos solares UV.



Los cohetes tienen como destino diferentes órbitas en torno a nuestro planeta, en cambio, los vuelos turísticos actuales, son vuelos suborbitales. Estos no llegan a entrar en órbita, sino que ascienden hasta 80 y 100 km de altura para poder experimentar la gravedad cero por unos minutos y volver a caer a la Tierra. Un vuelo suborbital requiere menos energía que los que tiene como objetivo entrar en órbita, por ello, su coste es más asequible y su huella ecológica menor.


El promedio de cohetes lanzados al espacio al año es de 100, siendo su huella del carbono menor que la de los 100.000 aviones que vuelan cada día. El sector espacial está experimentando un fuerte crecimiento y por ello su impacto ambiental podría llegar a ser muy relevante.





El cambio climático y el futuro espacial


Con el anuncio de que la empresa Virgin Galactic tendrá a la venta 400 viajes de turismo espacial al año, las alarmas se han encendido. El calentamiento global es una realidad que afecta a millones de poblaciones a lo largo de la tierra, pero parece no ser suficiente para crear conciencia sobre los daños causados.


Aunque todavía no se sabe el impacto real que generará el turismo espacial, se estima que se vea afectada la capa de ozono. Esta no cumpliría su papel de absorber los rayos solares, con lo que la tierra sufriría cambios drásticos. Así mismo, el calentamiento global estaría acelerándose con las partículas de hollín y CO2, que son liberadas en la atmósfera de manera indiscriminada al lanzarse un cohete de turismo espacial.



Un compromiso inconcluso


Los multimillonarios que han empezado con las pruebas de turismo espacial, han asegurado en tierra que las empresas sobre las que llevan las riendas, tienen un compromiso sobre el cuidado y la conservación medioambiental.


Es cuestionable que los modelos de producción que desarrollan sean supuestamente ecológicamente correctos, cuando sus filiales espaciales están desestimando todos los residuos ocasionados al lanzar los cohetes.


En declaraciones del propios Bezos,

"el espacio puede ser una salida y respuesta contra el calentamiento global, pensado a futuro".

Ahora bien, cabe preguntarse por qué en el presente, parece que no hay una voluntad por preservar y evitar la emisión de millones de gases de efecto invernadero. El cuidado del planeta es ahora, la tierra está agotando todos sus recursos, y el turismo espacial no es la solución.


¡Únete al cambio!

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