Resumen de la Charla “Raíces y Semillas: Generaciones Cooperando por el Bien del Planeta”
El 27 de febrero de 2024, empezamos nuestro ciclo de charlas "Cooperar: El Mundo se va a Acabar". Abrimos con una charla llamada Raices y semillas, en la que reunimos a personas de diferentes generaciones con el objetivo de conocer su visión sobre la crisis climática y en general, el mundo de la sostenibilidad. Nuestro objetivo es promover la colaboración intergeneracional como una vía para generar ideas y proyectos de impacto.
¿Que comparten una niña de escuela, un estudiante universitario, una jóven profesional y una mujer en la madurez de la vida?
El diálogo comenzó con una reflexión sobre la definición de sostenibilidad desde cada generación, donde planteamos la necesidad de ampliar la perspectiva del desarrollo sostenible para incluir a todas las formas de vida en el planeta, trascendiendo el enfoque antropocéntrico predominante. Comentamos la propuesta del desarrollo regenerativo, impulsada por Daniel Christian Wahl, como una alternativa prometedora, que va más allá de la mera preservación y busca activamente restaurar los ecosistemas dañados. (por si aún no lo conoces, aquí puedes explorar más sobre su propuesta)
Durante la conversación se hizo evidente que la percepción del cambio climático de todas las generaciones había evolucionado, todos demandamos más información y nos proponemos un compromiso más firme como consumidores, sin importar la edad. Fuimos conscientes de que los niños, tienen y quieren tener el poder de decisión sobre su consumo, el problema es que necesitan más información que les permita tanto tomar sus propias decisiones, como influenciar en las decisiones de consumo familiar.
¿Cómo funciona la cooperación entre generaciones?
Lo primero y más importante es fortalecer los lazos entre las diferentes generaciones para promover un entendimiento más profundo y abrir entornos de cooperación.
En las áreas urbanas, se vive “por edades” los niños en la escuela, los adultos en el trabajo y muchos adultos mayores en residencias. Los modos y ritmos de vida, limitan la transmisión de conocimientos entre los más jóvenes y los mayores, si queremos empezar a cooperar entre diferentes generaciones, tendremos que buscar los espacios para hacerlo.
Los adultos mayores tienen mucho que contar, no porque fueran fieros ambientalistas, (porque ni existía el concepto de desarrollo sostenible y crisis climática) sino porque la vida era diferente. Las crisis venían dadas por las posguerras, o simplemente por las economías débiles de sus lugares de origen. La relación con la naturaleza estaba determinada por el entorno y la cultura, por ejemplo, conocer las propiedades medicinales de las plantas ofrecía una farmacia muy extensa y gratuita. Cuidar de las plantas, significaba cuidar de la medicina y el alimento, no era un pasatiempo, era un modo de vida.
Por otro lado, el consumo estaba medido por el bolsillo y las buenas costumbres. Los alimentos no se desperdiciaban y los objetos se reparaban, en esta época dorada, el consumo no le había ganado la batalla a la sensatez y aún se consideraba una cosa de necesidades, no aspiraciones.
Lo cierto es que, hace unos años la vida iba más despacio y existía tiempo de pensar y actuar en consecuencia, sin necesidad de poner etiquetas ni crear modas. Aquí tocamos punto interesante:
Los modos y ritmos de vida, limitan la transmisión de conocimientos entre los más jóvenes y los mayores...
Del tendedero al sol al Sundrying.
Prácticas tradicionales como secar la ropa al sol o ahora vuelven a la moda, pero al parecer no desde el reconocimiento de la práctica antigua (lo viejo sigue estando fuera de moda) sino desde la mirada moderna, que es al parecer lo que “vende” mejor el concepto. Dile a un jóven que seque la ropa al sol y tal vez no lo encuentre tan interesante como decirle que se una al “sundrying”. (confirmado por nuestros asistentes más jóvenes)
Esta reflexión nos llevó a evidenciar la oportunidad que tenemos a nuestras manos: Conocimiento + creatividad. Unir el conocimiento de los mayores, o sabiduría ancestral, con la creatividad de los más jóvenes para enriquecer el abordaje de la crisis climática parece una herramienta prometedora, pero de nuevo, necesitamos abrir los espacios y crear proyectos para conseguirlo.
Hay un montón de trucos y consejos que podríamos aprender de los abuelos. Esas cositas simples pero ingeniosas que solían hacer que ahora parecen un poco olvidadas. Por ejemplo, el “pan con tomate” surgió como una forma ingeniosa de aprovechar el pan duro, ¡una solución para el desperdicio de alimentos desde tiempos inmemoriales!. Al igual que el "calentado", la mejor forma de darle nueva vida a las sobras y crear un plato totalmente nuevo y delicioso.
Además, ¿sabías que la leche también puede ser un desmaquillante eficaz? Es una alternativa natural y económica a los productos comerciales.
Y qué decir del bicarbonato, ¡sirve para todo! un solo producto reemplaza 10 otros (y su respectivo impacto ambiental). Se dice que comenzamos a ser mayores cuando empezaremos a recomendarle bicarbonato a todo ser que nos pregunte por una cura para la acidez o cómo limpiar el mesón de la cocina.
Proyectos de éxito
Nos preguntamos si ya existían proyectos que trabajaran la cooperación intergeneracional y encontramos un par de proyectos inspiradores:
Adopta un Abuelo. Este proyecto promueve la conexión y el intercambio entre generaciones. A través de esta iniciativa, se emparejan personas mayores con jóvenes voluntarios con el objetivo de establecer una relación significativa y enriquecedora. Los jóvenes se convierten en nietos adoptivos, brindando compañía, apoyo emocional y participando en actividades junto a los abuelos. A cambio, los mayores comparten su sabiduría, experiencias de vida y conocimientos prácticos con los jóvenes, fomentando el aprendizaje mutuo y una relación intergeneracional beneficiosa para ambas partes. Este proyecto no solo combate la soledad y el aislamiento en las personas mayores, sino que también promueve la inclusión social y fortalece los lazos comunitarios. Además, proporciona a los jóvenes una oportunidad única para aprender de la historia, la cultura y las tradiciones de sus mayores, al tiempo que cultivan un sentido de responsabilidad y solidaridad hacia la comunidad.
Por otro lado, Salud Ambiental en la Escuela es una plataforma educativa, creada por adultos que se preocupan por promover la conciencia ambiental y la salud de los niños, por esta razón centran su trabajo en el entorno escolar. A través de recursos didácticos, actividades prácticas y materiales educativos adaptados a diferentes niveles escolares, esta iniciativa busca sensibilizar a estudiantes, docentes y familias sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y adoptar hábitos de vida saludables. El proyecto aborda una amplia gama de temas relacionados con la salud ambiental, como la conservación de la biodiversidad, la gestión de residuos, la calidad del aire y del agua, la alimentación sostenible y el cambio climático. Además, ofrece herramientas y estrategias para integrar estos temas de manera transversal en el currículo escolar, fomentando así un enfoque holístico y multidisciplinario hacia la educación ambiental. si quieres informarte mejor sobre el proyecto, te dejamos la presentación que preparó Nuria, la responsable del programa para nuestra charla.
Propuestas intergeneracionales
La conclusión de la charla fue el punto culminante de un diálogo enriquecedor y colaborativo, en el cual se destacaron varias ideas innovadoras para fomentar la cooperación entre diferentes generaciones. Lou y Juliana propusieron la creación de huertos en las casas de los abuelos, con la participación activa de los niños. Esta iniciativa no solo proporciona una oportunidad para que los mayores transmitan sus conocimientos sobre el cultivo de alimentos y el cuidado del medio ambiente, sino que también fortalece los lazos familiares y promueve un estilo de vida más saludable y sostenible.
Samuel discutió la importancia de llevar a cabo campañas de sensibilización sobre el cambio climático dirigidas tanto a jóvenes como a mayores. Estas campañas podrían incluir actividades educativas, charlas informativas o materiales audiovisuales diseñados para concientizar sobre los impactos del cambio climático y fomentar acciones individuales y colectivas para mitigar sus efectos.
Laura nos propuso la inclusión de los niños y jóvenes en procesos de toma de decisiones relacionados con la industria y el consumo responsable. Esto implicaría brindarles oportunidades para expresar sus opiniones, ideas y preocupaciones sobre temas ambientales y sociales, y tomar medidas concretas para abordarlos. Al involucrar a los niños en estos procesos, se les empodera como agentes de cambio y se les prepara para asumir un papel activo en la construcción de un futuro más sostenible.
Estas ideas representan formas prácticas y efectivas de promover la colaboración intergeneracional y trabajar juntos hacia un objetivo común de proteger el medio ambiente y mejorar la calidad de vida para las generaciones presentes y futuras.
¡Nos vemos en la siguiente charla!
Juliana & Maria
Esta charla fue organizada por Boicot al Plástico y Way To Zero Waste.
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